Maras es un pintoresco pueblo ubicado en el Valle Sagrado de los Incas, a unos 40 kilómetros al norte de Cusco. Este destino es conocido principalmente por sus impresionantes salineras y su rica historia, que se remonta a la época preincaica. Rodeado de montañas y paisajes andinos, Maras es un lugar que combina belleza natural, tradición y una fuerte conexión con el pasado.
El pueblo de Maras fue fundado en la época colonial, y su importancia creció rápidamente debido a su proximidad a rutas comerciales del Valle Sagrado. Aún conserva gran parte de su arquitectura colonial, como la iglesia de San Francisco de Asís, una construcción del siglo XVI que se encuentra en la plaza principal.
Además de su herencia colonial, Maras tiene un legado cultural que se remonta a los incas, quienes ya habían desarrollado la técnica para extraer sal en este lugar. Hoy en día, esta actividad continúa siendo fundamental para la economía local.
Uno de los principales atractivos de Maras son sus famosas salineras. Este complejo de más de 3,000 pozas de sal, alimentadas por un manantial subterráneo, es una de las obras de ingeniería más notables de los Andes.
El agua salada que emerge del manantial se distribuye cuidadosamente en pequeñas pozas donde se evapora gracias al sol, dejando cristales de sal que son recolectados manualmente por las familias locales. Este método ha sido utilizado por generaciones y es un ejemplo vivo de cómo las comunidades han adaptado sus actividades al entorno natural.
La sal de Maras es conocida por su alta calidad y propiedades únicas. De hecho, su coloración ligeramente rosada y su sabor mineral la han convertido en un producto gourmet apreciado en todo el mundo.
A pocos kilómetros de Maras se encuentra Moray, un sitio arqueológico que complementa la visita. Este lugar, considerado un laboratorio agrícola inca, está compuesto por terrazas circulares construidas en depresiones naturales del terreno.
Se cree que los incas utilizaron estas terrazas para experimentar con cultivos a diferentes microclimas, gracias a la variación de temperatura que existe entre los niveles superiores e inferiores. Moray es un ejemplo del profundo conocimiento agrícola y de ingeniería de esta civilización.
El pueblo de Maras es tranquilo y encantador, con calles empedradas y casas de adobe decoradas con portones tallados. Los habitantes, que en su mayoría se dedican a la agricultura y la producción de sal, mantienen vivas muchas tradiciones ancestrales.
En el mercado local, puedes encontrar productos frescos, artesanías y, por supuesto, sal en diversas presentaciones. Además, es común que los visitantes interactúen con las familias que trabajan en las salineras, aprendiendo sobre su modo de vida y los procesos tradicionales que utilizan.
Desde Cusco, es fácil llegar a Maras en taxi, colectivo o como parte de un tour organizado que generalmente incluye Moray y las salineras en el itinerario. El trayecto dura aproximadamente una hora y ofrece vistas espectaculares del Valle Sagrado.
La mejor temporada para visitar Maras es durante la estación seca, de mayo a octubre, cuando los cielos están despejados y las salineras lucen su máximo esplendor. Sin embargo, durante la temporada de lluvias, entre noviembre y marzo, el paisaje se transforma y adquiere una belleza diferente, aunque los caminos pueden volverse más difíciles de transitar.